Pantuflas de lana

Nuestra Historia

Soy Rogelio Maqueda y tengo 36 años, les cuento cómo inició la tradición familiar del tejido. Cuando mi abuelo era joven y formó una familia, la necesidad de crecer los ingresos lo llevó a combinar la agricultura con el tejido en bastidor y telar de pedal, a veces vendiendo en tianguis, a veces viajando hasta CDMX. El matrimonio fue teniendo hijos y ellos su juventud participaron en la labor del tejido, este proyecto artesanal les permite estudiar y consolidar una carrera profesional, sin embargo, varios de ellos aún ayudan a la actividad. Conforme va creciendo la producción, se van a vender a Tequisquiapan y consiguen un espacio para poner una tienda; poco a poco este espacio se afianza y permite a la familia el sustento. En mi caso, inicié la tradición familiar desde los 10 años; cuando estaba en primaria comencé a tejer y durante la preparatoria hubo la oportunidad de tiempo para aumentar mis conocimientos de tejido e inició la elaboración de suéteres que son prendas más complicadas, cada uno lleva aproximadamente una semana de elaboración. Desde hace 15 años crece mi interés por afianzar el negocio e ingreso a estudiar Ingeniero en negocios y gestión empresarial. Poco a poco entre los estudios y la presencia de nuestros productos en diferentes eventos culturales, artesanales y de exposición decidimos abrir un local en nuestro Aculco para aprovechar la afluencia de turistas, es aquí cuando registro la marca en la búsqueda de dejar una huella y que nuestro legado permanezca.